Wednesday, December 2, 2009

La última vez que lo vi estaba muy contento. Tenía mucha ilusión de llevársela a ver el mar. Cuando Federico se casó, creo que por lo más que estaba emocionado, más que con el casamiento porque ellos estuvieron "casados" desde siempre, era llevar a Cristi a ver el mar. Los días que siguieron a la boda, y los preparativos con el viaje de luna de miel, lo tenían tan ocupado, que casi ni nos despedimos. Yo también estaba andaba muy ocupado con la construcción del conservatorio, los planos, los proyectos profesionales y los personales, mi familia, que no me alcanzó el tiempo para desearle prosperidad y felicidad, y todo ese protocolo que conlleva ser un buen amigo de la infancia.
Yo repaso esos días, sabes... los repaso. En fin, no sé mucho cómo fue la cosa, pero recuerdo con exactitud el día que me dieron la noticia. Yo salía a toda prisa del trabajo para ir a buscar a Sol, porque me llamaron que se había peleado en la escuela. De camino, entre preocupado y un poco enojado, iba muriéndome de la risa porque era Sol, la más tranquila de mis tres hijas. Entonces, llegué a la escuela, busqué a la niña para luego llevarla a la casa de la abuela, porque Mercedes estaba en la oficina y al parecer tenía muchos pacientes ese día. Llegué a la casa de mi suegra y me recibe con la noticia de que a Federico y Cristi los habían dado por desaparecidos en las Brumas, unas islas cercanas a la costa norte de Monte Azul. La mala noticia tuvo doble efecto, porque primero, no aparecían por ninguna parte y segundo, que estaban lejos. En Villa Traición no desaparece ni se pierde nadie.
Regresé al trabajo. Llamé a la casa de los padres de Federico y no contestaban. Llamé a la casa de la hermana de Cristi, y no contestaba. Justo ahí me dió el bajón de azucar de cuando el estrés se apodera de mi cabeza. Tuve que sentarme, tomar jugo. Me levanté más rápido que volando. Llegué a la casa de Don Fermín. Allí estaban todos. La cara de Don Fermín lo dijo todo, y yo, no pude más agarrar al viejo, mi segundo padre, abrazarlo y decirle "lo siento". Entonces lloró, y lloré. Entré a la casa, lloramos juntos, y luego llamé a Mercedes para darle la noticia.
Andrés, el hermano gemelo de Francisco, me dijo que justo antes de yo llegara a la casa, los había llamado por teléfono. Me dijo que Francisco y Cristy desaparecieron el mismo día que llegaron. Al parecer fueron una la playa que estaba frente al hotel donde se hospedarían, y luego no los vieron más. Una semana después un pescador alertó a la policía, de que en un bosquesito cercano a una de esas cuevas de mar, había dos personas ahorcadas... ... ya no quiero hablar de esto.

2 comments:

Paris Quelart Budó said...

Mi amigo Luis siempre dice que vamos mal, pero yo creo que tú vas bien, si no te tuerces.

LR said...

.Me torcieron.