Monday, October 6, 2008

El Libro de Manolo José

Siempre que cuento alguna historia relacionada al libro de Manolo José, las carcajadas no paran entre todo el que tubo en sus manos en algún momento el libro. Es una de esas memorias que te traen gratos recuerdos de tu juventud, de esos recuerdos que no importa cuánto tiempo pase, tan pronto te pasan por la mente, el semblante cambia y una sonrisa aparece. Recuerdos como el día que afeitamos el gato de Doña Clemencia y la cara que puso al verlo, la vez que Puro uso un collar de algarrobas por una semana entera por que le dijimos que era un afrodisiaco irresistible para las muchachas, o la vez que Parches se meó encima cuando lo amarramos al árbol lleno de orugas en la finca de Don Arcadio.

El famoso libro de Manolo José fue muchas cosas durante la "high school". Era un escondite, era un transporte, era un desahogo, fue parte importante aunque fuera por un solo día, de varios residentes de Villa Traición. Consistía en un diccionario de la lengua española que Manolo le robó a su padre y meticulosamente le cortó un espacio entre las páginas para que sirviera como un transporte secreto de contrabando en la escuela sin que se levantara ni una sospecha. Transportaba cigarillos, pornografía, exámenes robados, ropa interior de mujeres, entre otras cosas. En las páginas sobrantes, estaba lleno de notas útiles para cualquier estudiante, como los mejores escondites en o cerca de la escuela para irte con tu novia o para ir a fumar cigarros.

De todos estos cuentos el más gracioso y más conocido entre todos, fue el del día en que Jaime lo llevo a su casa, repleto de toda la colección de pornografía que los estudiantes de octavo grado de la escuela Anita Gertrudis Colón de Villa Traición habían acumulado a través de los años. Todos le advertimos de que lo debía cuidar con su vida y evitar a todo costo que callera en las manos equivocadas, que no debía dejarlo en ningún sitio, que no lo perdiera de vista y que si algo le pasaba, todos y cada uno de nosotros nos parariamos en fila y le patearíamos uno a uno hasta que nos cansaramos. Jaime en sus apuros y descuidos y a pesar de todas las advertencias, lo dejó en su cuarto encima de su escritorio entre sus otros libros, el mismo día en que su hermanita necesitaba un diccionario para su tarea de la clase de español. Espantada por las páginas de revistas europeas con mujeres haciendo cosas que nunca imaginaría que se hacían por el lugar donde orinaba y hasta una foto de Doña Leones sin ropa, se lo llevó a sus padres, los cuales interrogaron a Jaime y con poco esfuerzo, hicieron que apuntara a los culpables de su perversión. Sus padres reunieron a todos los padres de los involucrados, y hasta se entraron a trompadas, culminando la reunión cuando Don Miguel le rajó la cabeza a Don Corujo por que el hijo era el cabecilla y tenía la culpa. La mayoría de los padres estaban espantados, pero el padre de Manolo José, quien fue el creador del gran libro, se reía en su mente y sentía orgullo de lo que su hijo había hecho, pues en fin, eran niños explorando.

Dos semanas más tarde, después de que todas las distintas sentencias de castigo culminaran, todos se reunieron para planificar como se vengarían de Jaime. Sólo les diré que de ahí en adelante, la imagen de alguien desnudo en la mente de toda la escuela, era la de Jaime corriendo por la escuela con las manos amarradas y las nalgas pintadas con las palabras "No sé esconder ni mis nalgas".

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