Friday, October 3, 2008

La carne molida de Luisa

Hace mucho tiempo, cuando las amigas de mi mamá venían a visitarla los sábados en la noche, y se reunían a contarse chismes y a hablar de hombres casados, escuché, escondida detrás de la puerta, uno de esos cuentos. El mejor cuento, diría yo. Luisa, la esposa de Ernesto, el del carrito de hotdogs, contaba con efusividad cómo logró atrapar al hombre de su vida. Todos en Villa Traición sabían que Ernesto era mujeriego y que compraba servivios de prostitutas todos los sábados. Luisa contó cómo sus conocimientos de remedios caseros hicieron que Ernesto llegara a ella hipnotizado, como van las hormigas a los dulces de panadería. Luisa narró cómo su abuelita una vez le dijo que para atrapar a los hombres, las mujeres debían invitarlos a cenar a sus casas, y en los preparativos de la comida, debían estrujar pedazos de carne cruda por aquellos lugares del cuerpo que a los hombres vuelven locos. Luisa narró cómo fue a la carnicería de Don Rufino, compró tres libras de carne molida, y mientras la preparaba, se la estrujaba por todos sus "encantos", y se envolvió tanto, que hasta logró llegar al climax de la excitación sexual justo antes de que Juan, el cartero, la sorprendiera con la correspondencia del día. Todas ellas, señoras casadas y "serias", se morían de la risa con la historIa de Luisa.

La mejor parte de la historia fue cuando Luisa dijo que, luego de preparada la comida y de la llegada de Ernesto, éste, de sólo probar bocado, se lanzó sobre ella y comenzó a desnudarla. Mientras se mezclaban en caricas furtivas, y Ernesto se disponía a darle amor "allí", una pequeña porción de carne, algo así como una albondiga, se escurrió de la ropa interior de ella y fue a parar a la boca de Ernesto. Él, inmediamente comenzó a vomitar. Ella, luego de asistirlo, le contó la historia de la estrujaera de carne, y él, sólo por pensar que aquél cuento era el más erótico que le habían contado jamás, allí mismo le propuso matrimonio y a la semana siguiente, ya eran pareja oficial ante los ojos de Villa Traición.

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